Email del 25 de septiembre 2021

 

Else Alfelt. The flower of the universe No. 20 (1966)

Querida:

La fusión del núcleo de Hidrógeno que forma el núcleo de Helio es la base de la reacción exotérmica en el sol y las estrellas, es decir, la fuente básica y fundamental de energía con la que cuenta ese (¿in?)finito «todo» que es el universo. Dentro de esa eterna, y en continua expansión, totalidad absoluta, existen cien trillones de estrellas repartidas en cien mil millones de galaxias. Suponiendo un promedio de ocho planetas por estrella, entonces estaríamos hablando de ochocientos trillones de planetas. En uno de esos planetas vivo yo, acompañado de casi ocho billones de individuos de ambos sexos. De esa extraordinaria e increíble cantidad, un tercio o más son unos pacatos desnortados y a menudo bucean entre espacios desubicados para mantenerse erguidos emocionalmente. En otras palabras: son absolutamente idiotas y no les interesa lo más mínimo vegetar de otra manera. 

Pronto cumpliré 60 años, o lo que es igual, casi 720 meses. ¡3128 semanas! O cerca de 21900 días. ¿Lo quieres en minutos? No hay problema: ¡31536000 jodidos minutos, que no son ni más ni menos que 1892160000 segundos! Por supuesto, las cifras anteriores son aproximadas, pues las he calculado contando con los dedos. A los 18 años comencé a apuntar en una libreta de 100 hojas el número de badulaques que iba conociendo. Al cabo de siete meses tuve que comprar otra libreta a la que bauticé Cenutrios II. Hoy esas dos libretas se han convertido en 89. En cada libreta hay aproximadamente unos 200 nombres, complementados con algunos datos, y de 20 a 30 adendas. Si te tomas la molestia de calcular el número total de gilipollas que he tenido el dudoso placer de conocer, se te aflojarán las bragas: ¡17800!

Ahora debo dejarte. Voy a apretarme el cilicio, pero como sé que este correo electrónico ha sido bastante deprimente te transcribo mi última minipoesía megaoptimista titulada El corrusco único.

Un chusco pequeño para desayunar. 
Un chusco grande compartido para comer y para cenar.
Un chusco envenenado para atraer a todos los ratoncillos que me mordisquean mis chuscos y atarlos en las jodidas tinieblas.

Greg