Email del 28 de junio 2022

Winslow Homer, The gulf stream. 1899

Hola:

He encontrado una profesión con la que ganarme la vida honradamente y además muy bien: patatero. ¡Perdón! Quise decir patero o paterero o como diantres se llame. Voy a organizar pateras con destino a África. Tal y como está el panorama laboral en este país (si no se es camarero) me imagino que muchos españoles querrán cruzar el charco para poder establecerse en Marruecos, Argelia o, incluso un poco más abajo, Senegal, Guinea, Nigeria, Camerún o Somalia. Allí no tendrán problemas para encontrar buenos trabajos y con un poco de suerte al amor de su vida. Esta es la lista de profesiones con más futuro en los países subsaharianos:

1 – Cobrero: El cobrero es, como su nombre indica, el cazador de cobras. Para ser un buen cobrero son necesarias ciertas aptitudes como la constancia, la perseverancia y la locura. Existen tres maneras aceptadas por el gremio de cobreros somalíes de cazar vivas a las cobras ocasionándoles el mínimo estrés:

a) Método Cabdulle, por el cual, antes de atrapar al reptil, el cazador ha de invocar a los dioses ofreciendo su taparrabos en sagrada ofrenda. Una vez finalizada ésta, el taparrabos pertenece a los dioses y el cazador tiene que pagar para recuperarlo. Si no hace efectivo el pago antes de media hora, la divinidad que controla la caza le deniega el permiso, lo denuncia por fraude y lo condena a trabajos forzados en una cantera repleta de cobras, a las que, por supuesto, no puede cazar.

b) Método Crahmaal. También denominado método mete y saca o Hurahi horohhi. El cazador sólo puede enfrentarse al ofidio mediante una ramita de palmera seca, así que los cazadores optan por localizar la madriguera donde se esconde la serpiente e introducir dicho palito con ánimo de molestar a la inquilina y que ésta salga cabreada al exterior, momento en que los cazadores aprovechan para correr despavoridos hasta a unos 200 metros. Desde esa distancia suelen recapacitar y pensar en Aarum Crahmaal, inventor de esta modalidad de caza, y las sabias palabras que salieron de su boca mientras fallecía de inanición:  «no caza, no cena». Entonces se intentan armar de valor dándose golpecitos los unos a los otros durante un par de horas. Cuando al fin se sienten reconfortados y su valentía es similar a la de un polluelo de avestruz, vuelven a por el reptil, pero como para entonces éste ya ha desaparecido, su honra (la de los cazadores, no la del reptil) no queda en entredicho.

c) Método cuántico basado en la ondulación de las partículas o Quantum fotónico. Debido a la complicada infraestructura que se precisa para ponerlo en marcha, es el procedimiento menos usado pero el que mayor recompensa proporciona. Los cazadores que usan esta serie de técnicas se muestran muy reacios a comentarlas, por lo cual no se dispone de información suficiente.

2 – Quita-mierda o Ñamme: En algunos países de África existen dos castas tan dispares como la luna y el sol: la casta de los Miahin o diarréicos y la de los Muhana, también llamados «aguanta todo». Los Miahin son famosos desde el siglo XV por su afición a mascar las hojas del arbusto Duhalac y también por ser ricos. Al masticar las hojas de dicho arbusto, el sujeto entra en una especie de trance alucinatorio mediante el cual se contempla a sí mismo rodeado de cabras y ganado vacuno, lo que le proporciona un estatus increíble, aunque le obliga a pagar un alto precio. El arbusto Duhalac contiene una gran cantidad de diarresol, un componente extremadamente tóxico que produce diarreas temibles. Pero como son ricos y adoran sentirse por encima del resto, contratan a los Muhana para que limpien sus heces liquidas e insoportablemente hediondas. Como el trabajo, aunque excelentemente remunerado, es terrible, los Muhana caen como moscas y los nuevos trabajadores siempre son aceptados, sin importar a la casta, secta o país al que pertenezcan.

3 – Oleoducteros o Ulalummhas: Los países ricos explotan a los pobres de innumerables maneras. Enumerarlas todas ocuparía el espacio de 700 emails y me arrancaría varios años de vida, así que voy a abstenerme de hacerlo. Entre todas esas formas de explotación hay una que destaca por encima todos los viernes: los oleoductos. Para limpiar estos instrumentos de opresión y combustión, los holdings contratan mano de obra barata y servil. Y la contratación se hace todos los viernes del año por medio del infalible sistema del 25 +1. El sujeto (o víctima) que quiera trabajar ha de aguantar 25 latigazos sobre la espalda y una corriente eléctrica de 125 voltios en el escroto. Los infelices que superan la prueba son agasajados por medio de escupitajos y se les regala un bonito estropajo de lino con el cual deben limpiar de inmundicias los 175.000 km de oleoductos. Al trabajador del mes se le nombra capataz y se le permite orinar encima de sus compañeros.

4 – Espantabichos o Bihous: Profesión en expansión y que a su vez se subdivide en 75 categorías. Entre las más solicitadas por extranjeros y sodomizadores que huyen de la justicia se encuentran las de espantamoscas, espantacocodrilos y espantasuegras.

5 – Asesor de brujo de tribu o Manbuhtu: Los Manbuhtus viven mejor que los propios brujos ya que disponen de todas las ventajas de estos y sólo 138 inconvenientes. Actualmente existen 23 Manbuhtus y 12.459 brujos por lo que salen a un asesor por cada 541 hechiceros, pero como se da el caso de que uno de estos últimos es un redomado egoísta y necesita cuatro consejeros entre semana y 18 los días que va a visitar a sus 57 mujeres, el resto de brujos no tiene más remedio que aguantarse con lo que les toca. Y a veces no les toca nada, salvo a Babatunde Muranda, de la tribu N’guessan del norte, que el año pasado ganó 23 cabras (¿o fueron cobras?) en la bonoloto de la aldea.

6 – Orinalero o Banthamm: Algunos potentados blancos, ricos y totalitarios contratan a los más débiles mentales de los poblados colindantes a sus mansiones como Banthamms, es decir, orinales humanos. El trabajo es bastante cansado, el sueldo bastante corto y los aspirantes a desempeñarlo lo bastante estúpidos como para mostrar una amplia sonrisa cuando uno de sus amos le sulfata el rostro.

7 – Yaak yaak sehuru: Nadie sabe a ciencia cierta en qué consiste este empleo, aunque todos están seguros de que es el mejor al que se puede aspirar sin estudios. Según Tanaka Wamaba, cuidador del «Museo de la colonización», dicho trabajo estaría relacionado con los enterramientos de los restos humanos de indígenas con sífilis en paredes no perfectamente verticales o con las múltiples formas de cuajar la mantequilla de oveja, aunque no está del todo seguro.

Podría estar toda la mañana describiéndote con placer las mil y una maneras de forrarse en África, pero creo que no serviría para nada, pues tú tienes un trabajo del que te sientes orgullosa y yo tengo un terrible dolor alopécico. Por cierto, ¿sabes lo que dicen mis amigos cuando les digo que tengo una amiga que trabaja diseñando consoladores? Pues básicamente todos dicen lo mismo, que quieren conocerte, aunque las féminas prefieren que les consiga a buen precio un cacharrito de aluminio cromado con cinco velocidades. Lamentablemente en el continente negro no tienen consoladores, ni siquiera exprimidores de semen o enemas eléctricos. Pero se conforman con lo poco que poseen, que a veces, y eso en el mejor de los casos, es absolutamente nada. ¿Cómo van a tener algo, si se lo hemos robado todo?

Como casi siempre en estos casos, una triada de besitos.